Para combatir a Sauron, Elendil y los Dunedain forjan una última alianza con los Elfos de Gil-Galad. A esta alianza pertenecen tanto Elendil y sus hijos como Gil-Galad y Elrond, así como los elfos Nandor de Lórien y del Bosque Verde (posteriormente llamado Bosque Oscuro). Los enanos de Moria parece ser que también participaron en esta alianza. Isildur convoca a muchos Númenóreanos que se encuentran dispersos en Gondor y en territorios de la antigua Númenor. Muchos acuden con él, dispuestos a liberarse de Sauron, pero los hombres de Erech no hacen caso y entonces Isildur los maldice, diciéndoles una profecía en la que hasta que él o un descendiente suyo así lo decida, podrán ser liberados, y para ello deberán primero ayudarlo en la lucha contra Sauron. A pesar de eso, estos hombres no acompañan a Isildur y la maldición se torna realidad hasta que se cumple la profecía muchos años después.
Se lleva a cabo la Guerra de la Última Alianza entre Elfos y Hombres, con la que las fuerzas de Elfos y Dunedain llegan al mismo Mordor y sitian la torre de Barad-dûr. Anárion muere durante el asedio. En el último momento Sauron mismo sale de su torre y se enfrenta a los señores de los elfos y hombres y casi acaba con ellos. Mueren Gil-Galad y Elendil. Isildur desesperado toma los pedazos de la espada de su padre, Narsil, y con ella corta el dedo de Sauron en el que portaba el Anillo Único. Sauron se desvanece sin su anillo y la Última Alianza resulta vencedora.
Isildur toma para sí el Anillo Único, sin hacer caso de los consejos de Elrond y Círdan de destruirlo para terminar definitivamente con el poder de Sauron.
Con esta victoria, también los anillos quedan libres del poder de Sauron y los elfos los pueden usar libremente, lo mismo que los enanos. Los nazgûl sin embargo hacía tiempo ya que estaban perdidos y continúan fieles a su señor.
Con el fin de la batalla de la Última Alianza comienza la Tercera Edad del Sol.